Evolución tecnotipológica, puntas foliáceas del Solutrense
Estamos ante una propuesta de enmangue de puntas foliáceas del Solutrense (22.000-17.000 años BP), por lo tanto, están asociadas al Homo sapiens. El Solutrense aparece en Europa Occidental de una forma brusca y sin precedentes suficientemente claros, por lo que han dado lugar a 3 hipótesis sobre su origen:
- Se origina en el Este y Centro de Europa. Apareciendo foliáceos bifaciales similares a las hojas de laurel y se difunde hasta Francia y Península Ibérica
- Se origina en el Ateriense del Norte de África, con sus características puntas pedunculadas de retoque bifacial y se extiende a la Península Ibérica y Francia.
- Es resultado de una evolución “in situ” de las culturas precedentes del suroeste francés, extendiéndose por Francia y la Península Ibérica.
Hoy por hoy, la opción más aceptada es la del origen autóctono que, puede tener un carácter local a partir de tradiciones chatelperronienses con influencias auriñacienses, o bien, un carácter generalizado con evolución desde el Gravetiense donde el retoque plano aparece ya en las puntas de Font Robert. El Solutrense se desarrolla en Francia, Cornisa Cantábrica y Cataluña, denominándose Solutrense Clásico, y en el resto de la Península Ibérica (Solutrense Extracantábrico o Ibérico), entre los 22.000 y 17.000 años BP, en un período frío y seco del LGM (Último Glacial Máximo) con amplios espacios abiertos y fauna dominada por el reno, dada su datación cronológica está asociado al Homo sapiens. Este tecnocomplejo representa el punto culminante en la evolución de la fabricación del instrumental lítico cinegético. El retoque plano e invasor, pudiéndose realizar por presión y/o percusión blanda caracteriza este período, y donde los útiles más característicos son las puntas foliáceas (punta de cara plana, hoja de laurel y de sauce), llamadas así por su morfología similar a estas especies vegetales. Para la fabricación de estas piezas es necesario un sílex de buena calidad.
El tratamiento térmico aplicado al sílex contribuyó a mejorar sus cualidades para la obtención de soportes y el retoque. Para su fabricación se utiliza la técnica denominada façonnage que consiste en esbozar la morfología de la pieza mediante talla directa con percutor duro; para que posteriormente, con un percutor blando de asta darle la forma definitiva. Este útil se usaba como puntas arrojadizas enmangadas en jabalinas y venablos (tal y como vemos en la imagen que estamos comentando), o lanzadas con propulsor. Las más antiguas están hechas sobre hojas y lascas de mayor grosor y mantienen la simetría solo cuando los retoques cubren casi todo el anverso. Paulatinamente, se van escogiendo soportes más delgados, tienen contornos más regularizados y retoque en el reverso para adelgazar la zona bulbar, con una fuerte tendencia a transformarse en piezas bifaciales (como es el caso de las que hoy comentamos).
Al final de esta etapa y en el Magdaleniense se elaboran útiles técnicamente más simples, pero no por ello menos eficaces. Este fenómeno está íntimamente relacionado con un mayor uso de otras materias primas como el hueso, asta y, posiblemente, madera. El resto del instrumental presenta una gran uniformidad que se mantendrá a lo largo de toda la secuencia. Solo al final del Solutrense se producirán algunas variaciones
Finalmente, en el Solutrense Superior aparecen dos tipos nuevos que tendrán su máximo desarrollo en el Magdaleniense: la aguja y el propulsor.
Extracto de información Studocu