Cultura oral y transgresión en la España moderna

Iván Jurado Revaliente

TESIS DOCTORAL 2020

Extractos de bibliografia para la realización de un trabajo académico sobre Carlo Ginzburg y el método indiciario.

Todas estas dudas que hemos expuesto acerca de la credibilidad de las fuentes inquisitoriales han sido llevadas al extremo como consecuencia de las prevenciones metodológicas motivadas por la aplicación del giro lingüístico en las Ciencias Sociales. ¿Las palabras recogidas por los ministros del Santo Oficio serían el reflejo de la realidad material o todo obedecía a un invento de los inquisidores? Este planteamiento tan extremo supone negar la validez de estas fuentes, pero historiadores como Carlo Ginzburg reclaman la pericia de los historiadores para reconocer los indicios necesarios que permitan acceder al conocimiento a través de las fuentes del pasado y crítica este posicionamiento escéptico.

La fuente histórica tiende a ser examinada exclusivamente en tanto que fuente de sí misma (según el modelo en que ha sido construida), y no de aquellos de los que se habla […] Sabemos perfectamente que todo testimonio está construido según un código determinado: alcanzar la realidad histórica (o la realidad) es por definición imposible. Pero inferir de ello la incognoscibilidad de la realidad significa caer en una forma de escepticismo perezosamente radical que es al mismo tiempo insostenible desde el punto de vista existencial y contradictoria desde el punto de vista lógico.

Con la cita de estas palabras de Carlo Ginzburg queremos resaltar que las fuentes inquisitoriales son un recurso excepcional para conocer las actitudes y comportamientos cotidianos, en un grado de detalle y precisión, que difícilmente pueden ofrecernos otras fuentes históricas.

El nacimiento de la microhistoria debe situarse en las décadas de los 70’s y 80’s en un momento de crisis de los grandes modelos funcionalistas y marxistas y de rechazo del etnocentrismo y de las explicaciones teleológicas.

Este nuevo contexto teórico e ideológico desplazó a la objetividad y la continuidad; e introdujo el relativismo y la ruptura en la Historia.

El microscopio es la metáfora que mejor refleja el modo del «microhistoriado».

La observación del detalle no significa, por tanto, la búsqueda en un caso particular de lo repetitivo o de lo típico para su serialización, sino observar lo heterogéneo, dentro de un contexto normativo, con el objeto de ofrecer una descripción más realista y afinada de la realidad. Se concibe lo social como la interacción de múltiples estrategias individuales, en lugar de como un ente homogéneo.

Levi que la descripción densa sirve para registrar una serie de sucesos o hechos significativos que, en caso contrario, resultarían evanescentes, pero que son susceptibles de interpretación al insertarse en un contexto, en el flujo del discurso social. Al igual que la microhistoria, busca en los acontecimientos más nimios el medio para llegar a conclusiones de mucho mayor alcance.

De este modo las hipótesis, las dudas y las incertidumbres aparecían en la narración; la búsqueda de la verdad formaba parte de la exposición de la (necesariamente incompleta) verdad alcanzada».

Paradigma indiciario propuesto por Ginzburg. Es una forma de acceder al conocimiento que explora las lagunas que se encuentra el historiador durante subinvestigación y que propone conjeturas para rellenar aquellos huecos que no pueden revelarnos las fuentes, pero que la pericia detectivesca del historiador puede rellenar.

Referencia

El texto aqui referenciado corresponde a extractos del texto completo del autor, realizado a efectos puramente académicos.

Iván Jurado Revaliente. TESIS DOCTORAL 2020. Cultura oral y transgresión en la España moderna